jueves, octubre 05, 2006

1º entrega, espero comentarios

Me duele la cabeza, es un dolor intenso en el lateral... sobre el ojo, como una punzada que hace que lagrimee, como cuando te lloran los ojos al bostezar, pero es de dolor... es horrible. Después se me nubla la vista en ambos ojos, el dolor se hace palpitante, deja de punzar me y comienzo a sentir la presión en la sien, palpitando y acalorada, parece como si una enorme mano quisiera estrujarme.
Así es como me siento, la verdad es que en este momento no sabría describírselo de otra manera...
Después de estos periodos me siento confuso, desorientado, me molesta la luz y quedo como un ciervo deslumbrado por los faros, inmóvil como esperando el momento de mi muerte atropellado... las piernas no reaccionan el cerebro se queda como en blanco, como un espejo que reflejara esa extraña luz que me ciega.
No se desde cuando me ocurre, creo que fue a los ocho años cuando estaba en la piscina de mis abuelos. Caminaba por el borde de la piscina y llevaba puesto un flotador redondo y muy simple, recuerdo el color verde liso, y lo suave que me resultaba el plástico al tacto. Me sentía a salvo con el flotador puesto, asi que me dirigí a la parte más profunda de la piscina, y alegre y tranquilo como suelen estar los niños, salté levantando los brazos... trague mucha agua, pero consiguieron sacarme a tiempo de no tenerme que hacer la respiración asistida... Grité cuando me hundía, pero el agua me entraba por la garganta, y luego mi abuelo me contó que no se entendía absolutamente nada de lo que decía, sólo se escuchaba un raro gorgoteo sobre el chapoteo de mis pequeños brazos, tratando de subir a la superficie. Él fue quien me saco, me miraba desde el jardín que estaba arreglando cuando salte al agua, y al no escucharme reír al salir, se acerco deprisa asustado.
Dentro del agua me sentía agobiado, me pitaban los oídos por la tensión de creerme apunto de morir, no vi esa película de tu vida que dicen que tienes antes de morir, y tampoco una luz blanca cuando me desmaye... Desde ese día empecé a dar clases de nado para no temerle al agua, la culpa no fue del agua, sino mía por no agarrar el flotador, siempre he sido muy crítico conmigo mismo... mucho mas de lo que la mayoría piensa, aunque algunas personas si supieron verlo en su momento...

PRIMERA SESIÓN DE TRATAMIENTO, Doctor: Ihbrab Lunvelien, Paciente: Charlot Chapquer

Datos del paciente: Varón, 32 años, tratamiento voluntario de síndrome nervioso y depresión leve.