miércoles, noviembre 26, 2014

Sala de lectura

El 
                                          juez leyó los cargos por los que el acusado se encontraba ante él, después cerrando el archivo le miro con ojos cansados y una sonrisa indecente, la cara desfigurada de la vejez corrupta.

El 
                                         acusado froto sus manos impaciente, el traje reclamo de apariencias hizo su trabajo cubriendo sus vergüenzas, no era suciedad lo que había bajo la tela, eran los sudores fríos de quién juega su libertad en el mercado de favores y cuentas bancarias.

El
                                         juzgado ya no era una corte de justicia, ni un palacio de la aplicación injusta de la ley de los hombres ciegos con sus balanzas de mercader y sus espadas de mercenario.

Ya
                                         sólo era una sala de lectura, dónde los actores recitan su papel en la comedia que se representa a falta de la ya muerta... justicia.

martes, noviembre 04, 2014

Lo soterrado, lo escondido, lo taimado.

Mis sentimientos fueron enterrados, humillados bajo el peso y la presión del conocimiento traído por la propia experiencia.


Mis palabras las escondí, no fuera a ser que algo tan preciado y precioso a mis ojos, fuera a perderse por no poder decir a viva voz lo que a mi pecho le debo.


Mis actos fueron taimados, con astucia y tesón la urdimbre se entrelaza dando un lecho en el que reposar la cabeza y el sentimiento cansados, donde dejar caer el cuerpo, anquilosado, casi exhausto.







Donde no decir un te quiero, no sea algo que queme desde el interior....