lunes, abril 23, 2007

Sms de san valentón... patron de las cogorzas enamoradas



Estoy bebido,
pero cuerdo,
san valentín no existe,
pero los enamorados si.
Espero que tengas un bonito día mi amor,
mientras yo sigo errando el lugar donde buscarte,
quizás no llego donde estás,
por el exceso de peso que llevo,
en trocitos de mi corazón,
como un espejo que se rompió demasiado,
y conservo como las fotos,
de aquellas otras que me dijeron te quiero...
no por lo que son,
siempre por lo que fueron.

Tic-Tacs (partes de una historia)




Llaman a la puerta y yo no quiero ir, me amodorro en el sofá, con el periódico y las cartas recién abiertas sobre las rodillas, -Seguro que no es nada importante, acabas de sentarte y has tenido un día muy duro, ya responderás en otro momento a esos pesados.. descansa...- Sólo yo se mimarme con ese cariño extraño que me doy como si se lo diera a otro, pero que sólo reservo para darme en ciertos momentos, esas palabritas de ánimo...
- Ding...dong....- Unos segundos en silencio y vuelven con él, - Ding...dong....- Mi cabeza es pasto del cansancio pero ese ruido perturbador, al que he dejado que me condicione a reaccionar cuando suena... es como una mosca perturbando una siesta cualquiera... minúsculo... pero irritante sobre manera...
Me dirijo a la puerta, enarbolando la furia en mis ojos y el cansancio en mis piernas, nadie debería quitarle el sueño a una persona, (aunque no lo solemos valorar, está claro que es una de las cosas sino la que más que nos perturba de forma indecible que nos la roben) nadie debería poder ir a casa ajena molestando a horas inoportunas.
- ¿Quién es?- Nadie responde a mi pregunta, es como si Murphy se riese en mis narices. Me doy la vuelta y a la altura del sillón allí está de nuevo esperándome como un bandido, y envenena con su clamor mis oídos. -Ding...dong...-
Sacando fuerzas de donde no las hay corro hacia la puerta y por seguro que sea quien sea se llevara, ¡Indiscutible reprimenda!. Nadie hay cuando uso la mirilla, y más raro aun si cabe, es que llaman al timbre mientras la estancia se refleja en mi retina, y no hay nadie que la guarde.
Abro la puerta con ira y curiosidad a partes iguales, y nada más sacar mi figura a la entrada descubierta, entra un gato por mi lado con su felina figura negra.
-Minino relamido, ¿qué demonios haces entrando en mi casa?. - Nada perturba su estampa, entra el gato hasta el salón, sube al sillón, y allí me espera con calma, y por si fuera poco, y como llamando impaciente, me suelta un -Miauu...- y allí me acerco a ver porque tengo el placer de tan singular visita...

Frase épica de una noche de verano


La poesía es como el sexo en las nubes,

te prometen cosas muy bonitas que nunca se cumplen...


¿O si...?