martes, noviembre 01, 2011

Pensamientos testamentarios

Mandan que se siente, y él lo hace. Simplemente con naturalidad, se apoya en la silla una vez más como ya hizo ayer.
Unos días antes, estuvo pensando en todo lo que pasaría el día en el que por fin le dejaran sentarse a descansar... claramente no era esto en lo que estaba pensando.
Una ráfaga de viento le golpea la espalda, casi como una mano fría, pero tremendamente suave. Le termina de dar una mezcla entre empuje y caricia... le recuerda como ella solía acariciarle, quizás halla algo de verdad en eso que dicen, de que hay algún sitio al que ir cuando todo acaba....
Parece que han pasado siglos, pero en realidad, lo cierto es que siempre ha sabido que eran sólo unos pocos segundos, y aunque hace frío, el suda como si le fuera la vida en ello...
Pero no es sudor lo que cae ahora por su frente, y cuando escucha un chasquido, como si fuera un rayo golpeando contra la tierra... con toda la furia de aquello a lo que otros llamaron dioses, se queda con ese último pensamiento recorriendo su mente, transportado por la electricidad que tantos han pagado para que el pueda morir hoy...
Quizás haya algún sitio al que ir después de que todo acabe.