miércoles, septiembre 26, 2007

A


Abrimos muchas puertas en busca de aquella respuesta que tanto intrigó nuestras almas, desde que conocimos el origen de la pregunta.
Dicen que a la mitad de una mañana, en un claro verde y soleado, casi salido de un cuadro bucólico, cayeron cuatro manzanas de un árbol. Las cuatro eran rojas y estaban en la plenitud, en el cenit de su calidad. Cualquier hombre hubiera dado su mano predilecta a cambio de morderlas, y muchos ejércitos habrían masacrado a sus propias familias a cambio de la promesa de algo tan cercano a la perfección.
Entonces, de esas cuatro manzanas, dos rodaron hasta el lago, y fueron alimento de todos los peces que en el habitaban, de forma apacible cada pez fue arrancando un pequeño pedazo, y todos ellos saborearon su tierna dulzura, adquiriendo estos peces un color rubí esplendido y digno de admirar, que los engrandecía y hacia casi un delito el pescarlos.
Otra de las manzanas, quedo en un hoyo cercano, antaño madriguera de algún pequeño animal, y dio a luz un nuevo manzano esplendido, del que brotaron todos los manzanos que hoy conocemos, pues su tamaño fuerza y esplendor en vida fueron tales, que sin quererlo subyugó a su propio padre.
Por último, esa manzana que quedaba... cambio, de forma tranquila, suave quizás como el tacto de una seda extremadamente fina... simplemente cambió en el tiempo y el espacio, y se convirtió en una manzana tan normal como tantas otras que jamás fueron conocidas, y de las que nunca hablamos...

Por eso buscabamos la respuesta a aquella pregunta... ¿Que manzana seré yo?

sábado, septiembre 15, 2007

ESA IDEA MARAVILLOSA

Recientemente me paré a pensar, ¡Tuve un enorme pensamiento, algo digno de compartir y predicar a mil voces y varios cientos de vientos!, se lo contare ahora mismo:

Teniendo en cuenta, el largo periodo que llevaba sin realizar semejante acción y lo aleatorio y caprichoso de que volviera a verme en esa situación, tarde algunos segundos en poder pensar con claridad. Tras ese primer momento de caos, en el que pensé a un tiempo en helado pájaros bicéfalos de color ámbar y en aquella escena del elefante borracho de enormes orejas… Tras esto estuve preparado para proceder a pensar, parando antes un imperceptible lapso de varios nanosegundos para tomar (psicológicamente, claro) un poco de aire. Entonces ya si, ahí si que fue cuando pensé, y me vi envuelto por ese enorme pensamiento que les quería contar a ustedes, esa llave de felicidad y de sabiduría a un mismo tiempo, entonces si que pensé… pero saben, ahora que lo pienso quizá no era tan importante.