miércoles, marzo 31, 2010

Ejercicio de escritura automática: Juegos ritmicos de desenfreno infantil

El latir de un corazón es el palpitar de la vida en nuestros cuerpos, podemos vivir con órganos que nos fallan, con enfermedades realmente duras, podemos aguantar épicos momentos de sufrimiento y agonía, simplemente necesitamos que el corazón siga funcionando.
Cada vez que sufres un infarto pierdes un trocito de ese corazón, simple y llanamente es eso, se muere un pequeño pedazo de ti y punto.
La coraza que lleva un hombre puede ser mayor o menor, lo que es seguro es que si un hombre lleva una enorme fortaleza a su alrededor y alguien logra traspasarla... ¿tampoco es muy difícil pensar que va a dejar huella, no?.
La metamorfosis de kafka es un libro en el que mediante la transformación repentina de un hombre en lo que algunos han definido por la semi-descripción del ente "en escarabajo" nos habla del sufrimiento la incomprensión y el dolor del que queda apartado... o no...
La creatina es algo, no se exactamente que, creo que tiene algo que ver con las uñas o el pelo... o eso era queratina?.. quien sabe, al fin y al cabo esto no son más que divagaciones de escritura automática bajo la influencia de un plato de pasta.

sábado, marzo 20, 2010

Cafetería

Todo está lleno de luces, ruidos y colores... y nada parece colorido o luminoso.
La linea roja de la taza de café (que sujeta la cafetera como si fuera una pata más)ya no luce, brilla, ni decora. Como si la rutina le fuera comiendo poco a poco la pintura esmaltada.
Los carteles en vivos colores se mueren, bajo el negro de precios y mensajes a los clientes, que visten de gris sus miradas.
Las conversaciones suben el volumen y se unen al grifo que suelta agua a chorros y la cafetera que parece que se vaya a morir.
Todo es un amalgama que no entiendo, entremezclado hasta no ser ya ni conversación, ni grifo, ni cafetera... simplemente un ruido de grillos, que parece tocan desesperados sin pausa.

Pizarra

Aun hay tiza en la pizarra, algunas letras, unos pocos números y varios borrones.
No veo ningún borrador a mano, y dejo que la manga de la camisa se deslice dejando que se lleve el polvo con ella.
No era mi intención, sólo quería borrar unas notas del pasado que ya no tenían nada que decir, y sin buscarlo he encontrado un arco iris (que parece), esperaba que alguien lo encontrara.
Es el hijo de la casualidad y el destino, y me sonríe burlón y descarado mientras caen sus colores al suelo de madera oscura.
Ya no recuerdo que tenía que anotar, no se si pensaba en algo importante...
Ahora sólo bailo con él con la mirada.

Helado hasta el tuetano

La fuente estaba helada, el paso de los vientos del norte había dejado a todos, animales y hombres, abandonados a la soledad en jaulas de carámbanos y nieve.
La blanca espesura del temporal se había estirado como una sabana, sobre el colchón de montes que rodeaba al caserón, ahora ya no se diferenciaban cercados y fincas, todo volvía a ser una sola tierra de nadie.
El frío me paseó por la espalda como unos dedos ajenos, y me di cuenta de que hacía mucho que esos escalofríos matutinos eran los únicos que me tocaban cada mañana. Nadie se queda ya a dormir.
Volví a dejarme caer en la cama con un cigarrillo apagado en la boca, y después de taparme hasta las orejas, prendí fuego a otro compañero de mañanas.