sábado, marzo 20, 2010

Cafetería

Todo está lleno de luces, ruidos y colores... y nada parece colorido o luminoso.
La linea roja de la taza de café (que sujeta la cafetera como si fuera una pata más)ya no luce, brilla, ni decora. Como si la rutina le fuera comiendo poco a poco la pintura esmaltada.
Los carteles en vivos colores se mueren, bajo el negro de precios y mensajes a los clientes, que visten de gris sus miradas.
Las conversaciones suben el volumen y se unen al grifo que suelta agua a chorros y la cafetera que parece que se vaya a morir.
Todo es un amalgama que no entiendo, entremezclado hasta no ser ya ni conversación, ni grifo, ni cafetera... simplemente un ruido de grillos, que parece tocan desesperados sin pausa.

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