Soy como el hijo, del nieto, de un sobrino, del cuñado de un cadaver...
Uno más en una lista absurda a la que llamamos vida.
Uno más en una lista absurda a la que llamamos vida.
Carne de ansias entre sabanas llenas de deseos,
caricias rítmicas a la luz de una vela de besos,
la llama se mueve caliente como nuestras miradas,
fluye la sangre como caen al infierno las almas,
busco rincones de placer en el desconocimiento,
tu piel me contó donde guardabas ese húmedo espejo,
allí que la nada es todo, consigo tus temblores,
recorren tu figura de sombras y velos de vapores.