miércoles, febrero 28, 2007

Sobre como convertir un blog en una tienda de mascotas

Me alegra recibir comentarios, más incluso si son poesías, pero... aquí hay mucho antifaz escamoso y nadie dice quien es. Señores/as... ya paso el entierro de la sardina, ¡muestren las raspas si son peces y no reptiles!

Y para aprovechar, un poco de inspiración:

Melancolía en mis palabras no es tristeza en mi corazón, son gotas de lluvia en el bosque, que sobre sonrisas de dicha, pueden ser alegres compañeras de diversión. No mires como tristes mis palabras, ya que ellas siempre me hicieron compañía.

No en balde, siempre me acusan de tener más boca que cabeza en mis discursos, por ser franco recto y... no muy puro...

Si a bien tenéis entender mis palabras Don Jumy, tened claro que son castas a diferencia de su padre, y que si expresan tristeza, lo hacen por costumbre y no... por ser arrogantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tras un entierro sólo queda algo: la nada... física,
un mar de pensamientos y sentimientos como en cada despedida,
un anzuelo de nuestra mente para que el alma no huya
y se despegue como si cuerda estuviera hiciese
Yo soy ese mar,
o al menos mi perenne proximidad a él,
esto me hace saber.

Me muevo y conmuevo a cada ola
y observo con cuidado los peces,
identificándolos... y sintiéndolos
en mi interior, cubriendo del tormento a mis elegidos
y llevando conmigo y la marea a aquellos que he de servir...
segundo a segundo, vida a vida, renunciando a las propias holas
convirtiéndome en lo que conocemos como Adiós