En tu sofá eres tu la que se tumba, la que da vueltas y hace
posturas, la que se mece y acurruca y abraza y moldea y adapta los sofás.
Y... yo aquí mirando cómo te meneas y hablándote con
sinceridad,
y... que más da si intento ayudarte con una mano y con la
otra me digo que la hora se me empieza a alargar,
y... me voy ya, que puedo hablar hasta aburrirte y contarte
hasta el cuento de dormir,
Y... por comodidad, no la de no irme, la de estar contigo...
en tu sofá.
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